APOLO adoptado en 2017
La llegada de Apolo junto con su hermana Dafne fue de las formas más sucia que existe de abandonar un animal, ya que los lanzaron por encima de la valla de la protectora que mide más de dos metros. Imaginaros el impacto de la caída en un cachorro de dos meses… Por suerte no les pasó nada, y ya estaban a salvo de la crueldad humana. El estado en el que llegaron era horrible pues estaban llenos de parásitos y súper hambrientos.
Por suerte también encontramos gente en Ciudad Real (y no solo en Alemania) que está dispuesta a darle la oportunidad a animales de tamaño grande, una persona con un gran corazón decidió compartir el resto de sus días con nuestro precioso Apolo. A él le daba igual su tamaño y su raza, sólo quería ponerlo a salvo y darle el hogar y los cuidados que merecía. Apolo hoy en día tiene todo lo que un animal puede soñar: paseos, caricias, comida, cuidados, tiempo de juego y por suerte toda una vida por delante para disfrutar de ello.
Ahora toca ser feliz Apolo…